Todos sabemos que el hierro es un mineral imprescindible para la correcta realización de multitud de funciones biológicas, de ahí que, al igual que ocurre con muchos otros macronutrientes, sea esencial que nuestro organismo disponga de un correcto aporte.

Pero además de ser fundamental para infinidad de funciones vitales, el aporte de hierro a nuestro organismo va a ser imprescindible en la vida de aquellas personas más activas que practiquen deporte regularmente.

El hierro es uno de los minerales más importantes para nuestro cuerpo, ya que tiene una función fundamental a la hora de producir hemoglobina, proteína presente en los glóbulos rojos que son los encargados del transporte de oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos.

Existen dos tipos de hierro, el que se encuentra en los alimentos de origen vegetal llamado hierro no Hem que se absorbe en menor medida (entre 5 y 20%) que el hierro de origen animal llamado hierro Hem que se absorbe en hasta un 35%.

Atendiendo a los diferentes tipos de hierro: hem y no hem, intentaremos elevar el consumo de alimentos que contengan hierro hemo: mariscos, carnes rojas, pescados... porque, además de facilitar la absorción, elevarán la metabolización del hierro no hemo.

La carne de vacuno, de pollo, de pavo, de cerdo y otras, todas contienen hierro en cantidades que rodean los 2 mg por cada 100 gramos aproximadamente. Es un hierro de fácil absorción y que, exceptuando los vegetarianos, todos incluimos habitualmente en nuestra dieta.

Llevando una dieta variada, nunca debería faltarnos hierro, por lo que lo único que debemos atender es sus requerimientos corporales, que pueden verse aumentados ante situaciones especiales, como por ejemplo, demandas extraordinarias de oxígeno, pérdidas de sangre u otras.