La carne de vacuno es esencial en nuestra dieta gracias a su alto contenido en proteínas, grasas de calidad y minerales, de la cual se extraen diferentes cortes que hay que conocer ya que cada uno de ellos se cocina de forma diferente. No es lo mismo la aguja que el lomo, o el solomillo que la falda.
La carne de vacuno se divide en tres categorías dependiendo de su uso:
- Los lomos (alto y bajo), la cadera, la babilla, la tapa, la contra y el solomillo.
- La aguja, el morcillo y la espaldilla.
- El pescuezo, morro, patas, pecho, rabo.
- Falda y redondo.
Cada una de estas piezas sirve de una forma diferente dentro de la cocina. El primer grupo entre el cual se encuentran el lomo alto, el lomo bajo y el solomillo son carnes jugosas y tiernas que se recomiendan hacer a la plancha, la brasa o la parrilla. Son los cortes de vacuno más codiciados y selectos.
En el segundo grupo encontramos cortes como la aguja o el morcillo. Carnes jugosas y grasas ideales para la elaboración de guisos. Por otro lado tenemos partes como el pescuezo, el morro o las patas, carnes más fibrosas y con bastante grasa ideales también para guisar.
I en el cuarto grupo tenemos la falda y el redondo, cortes muy tiernos con los cuales se elabora la carne picada para hacer hamburguesas o albóndigas.
Y ahora que sabéis un poco más de esta preciada carne, ¿a que estáis esperando para venir a nuestra carnicería a por una pieza?